Peñón de los Enamorados

Cuando bajamos del puerto de La Pedriza y nos vamos acercando a la ciudad de Antequera, e incluso desde la vega, llama poderosamente la atención un enorme risco calizo que domina la llanura y recorta el cielo con un perfil que simula claramente el rostro de un indio  recostado con una altitud de 878 metros sobre el nivel del mar. 

 
Esta montaña nos envuelve con una enigmática leyenda o mito que corre de boca en boca entre los ciudadanos de Antequera, y que incluso fue recogida en la crónica literaria que escribió el humanista italiano Lorenzo Valla en el siglo XVI por encargo de Alfonso V El Magnífico.

La narración se sitúa en el siglo XV, cuando Antequera era frontera entre los reinos de Castilla y de Granada. Un joven cristiano cae preso de estos últimos. La hija del mandatario de la ciudad de Archidona por aquel entonces musulmana, tal vez en el transcurso de una visita a los calabozos de su padre, se encuentra por casualidad con el prisionero y ambos se enamoran perdidamente.

Ayudado por la morisca, el joven escapa del calabozo y ambos se dan a la fuga, perseguidos por el padre y el hermano de la chica, y en su desesperada huída, llegaron a lo alto de la roca, donde no hallaron refugio. Viéndose alcanzados, los desesperados amantes optaron por arrojarse por el lugar más escarpado de la peña, lanzándose al vacío abrazados.

La leyenda cuenta que en las faldas de la peña, junto a la orilla del río Guadalhorce que por allí discurre, reposan los cuerpos de estos dos infortunados amantes, mora ella y cristiano él y desde aquel entonces esta singular montaña recibe el nombre de El Peñón de los Enamorados.

A sus pies nos damos cita diversos participantes de Cabras al Monte, procedentes de diversos destinos de nuestra comunidad, y tras realizar las presentaciones entre los nuevos, iniciamos la subida con paso tranquilo y constante.

 

Desde las ruinas de la antigua estación del tren bordeamos la montaña en dirección noreste para subir por el segundo lagrimal del indio y llegar hasta el collado.

 

Debemos afrontar un desnivel de unos 400 m. aprox. acumulando  rampas de más del 20-25% en la mayor parte del itinerario, por lo que los bastones nos ayudan en nuestra progresión.

Una vez en el collado realizamos una parada para reponer fuerzas y desde aquí  con cuidado y tranquilidad continuamos la ascensión trepando por la nariz del indio entre grandes bloques de piedra caliza y cresteando hasta el vértice geodésico del Peñón (III grado), desde donde disfrutamos de unas preciosas vistas de toda la vega.

El descenso desde la cima hasta el collado se realiza por el mismo itinerario, y desde el collado iniciamos el descenso esta vez por el  primer lagrimal situado al otro lado del collado con una pendiente más acusada que en la subida. 

Tras celebrarlo con una buena comida en buena compañía, nos despedimos hasta la próxima. 

Como llegar al inicio de la ruta:

Una vez bajado el puerto de Las Pedrizas viniendo desde Málaga dirección Sevilla-Córdoba, y justo antes de llegar al polígono industrial de Antequera, tomamos la salida 102 del autovía para tomar la carretera A-7282, dirección Archidona. 

A unos 3 Km. y después del puente ferroviario sobre el río Guadalhorce y junto  a la base del peñón, encontramos una pista a nuestra izquierda que baja al río con una explanada ideal para dejar los coches e iniciar la ruta desde allí.